domingo, 29 de mayo de 2016

HASTA SIEMPRE A MIS QUERIDOS ALUMNOS

Carta de Despedida o mejor Hasta siempre: Llegasteis la mayoría en 4º ESO, cuando erais todavía unos niños perdidos que nos sabíais cómo seguir vuentros caminos. Algunos se marcharon, otros se fueron para luego volver, pero muchos de vosotros decidisteis seguir dos años de vuestra vida más conmigo. Y así avanzamos hasta llegar al final cuando llega el momento de despedirse, o mejor, de decir hasta siempre. No sé si la edad nos va haciendo más sentimentales, pero cada vez cuesta más ver cómo os vais, o quizá sea porque indica que nuestra vida también pasa más rápidamente. ¿Que por qué me acordaré de vosotros? Porque con vosotros he reído, me he entristecido, me he enfadado, he cantado, he gritado, he estudiado, en fin, he vivido. He sentido la dulzura de Valentyna, su tranquilidad sin límites, su simpatía. Cuando estabas, no te notábamos, pero ¡cómo se notaba tu ausencia!
He notado la alegría de Lydia, su sensatez y madurez, su fortaleza en las duras pruebas, (¡cómo respondió ante ellas en la Olimpiada!),indispensable en la vida.
He vivido la serenidad de Desirée, su dulzura, su esfuerzo, su afán de superación, su amistad hacia sus amigas, su preocupación, su valor. No pienses nunca que no puedes conseguir aquello que te propongas. He disfrutado contigo, Amélia, porque me has hecho revivir grandes sueños, de mitos griegos y romanos, héroes y dioses pasados que se han hecho muy presentes. Has dado vida a los textos con ese entusiamo sin límites y ganas de descifrarlos. Por tu pasión por mi mundo antiguo, estarás siempre en mis pensamientos. ¿Qué he pasado contigo, Ana Mesa? Sufrimiento, al ver cómo sufrías, risa, al ver cómo reías. Sé que no siempre todo te ha resultado fácil, pero eso sirve para todos. La vida no siempre es un camino abierto, sino que tenemos que ir abriendo nuestros senderos, y tú has demostrado que puedes hacerlo. Con tu trabajo, con tu esfuerzo, con tu alegría y muchas ves, también, con tu tristeza. Mi querida Ana Mª, siempre tan silenciosa, pero tan presente, nos has acompañado sin desánimo, has trabajado y has demostrado que eres fuerte y que para dejar huella no hace falta dar grandes saltos, sólo andar con pasos profundos y sin descanso. Aquí llega mi carísimo Juan, Juanito, siempre preguntando, siempre inseguro, siempre convencido de que no podrá conseguir sus propósitos. Pues ya ves, lo has conseguido, porque la verdad es que eres más fuerte de lo que crees, más inteligente de lo que imaginas, más capaz de lo que piensas. No te resistas a vencer en la vida.
He reído contigo, Lola, por tu simpatía, por tu madurez, por tus ganas de vivir, y darnos vida a los demás. Seguro que en tu próximas estaciones llegarás donde quieras, pero no sólo por tu capacidad sino sobre todo por tu gran entusiasmo y personalidad
Lucía, Lucía, nuestra niña, que oculta a esa gran mujer en la que se ha convertido, alegre, divertida, pero sensata en los momentos en que debe serlo. He vivido contigo viendo cómo tú disfrutas la vida.
He soñado contido, Cyntia, sueños en los que creía que no llegaríamos a nuestra meta, pero en los que he visto a una apasionada de ese sueño que no ha dejado que se convierta en pesadilla. Porque tu alegría y tesón han hecho que los sueños sean tu realidad.
He vivido contigo, Sara, por tus ganas infinitas de vivir, por tu entusiasmo sin límite, por tus energías para llegar hasta el final, sin desaliento, sin quejarte nunca, sin tristezas. Ahí está nuestra Sarita, y llegará con su entereza donde quiera.
Viniste, te fuiste y volviste, Agustín. He sentido tu energía, tus ganas de luchar, tu ánimo para llegar a tiempo. No olvidaré nunca tu simpatía.
Por último, Alejandra, “la protectora de hombres”, porque, aunque tú creas que necesitas que te protejan, eres tú la protectora, la infatigable, la inolvidable, que ha puesto una huella en nuestra memoria. De la única que voy a destacar tu defecto: creer siempre que no puedes lograr aquello que te has propuesto. Sólo me queda deciros a todos vosotros que espero que alguna vez a lo largo de vuestras largas vidas penséis en esa profesora que tuvisteis y que os quiso, que no sólo pretendió que aprendierais sobre los libros y de ellos, sino que intentó enseñaros otras lecciones de la vida y que, cuando os pongáis una camiseta de Nike, os comáis un Oikos, veáis por la calle un Clío, un recuerdo, aunque sea tímido, aflore en vosotros. Si he conseguido esto, mi trabajo habrá merecido la pena. VOS QUOQUE FUISTIS FILII MI!!
HASTA SIEMPRE.

1 comentario:

  1. Ninguno de los que hemos tenido la oportunidad de pasar contigo estos años podremos llegar algún día a olvidarte. Porque llegaste como una desconocida y con una cara tan seria que daba incluso miedo, y te fuiste (o bueno, hiciste una breve parada, porque nunca es el final) con esa cara emocionada al ver que te devolvíamos al menos un poco del infinito cariño que tú nos has dado. Porque todos hemos aprendido, reído y llorado contigo. Y porque yo llegué a las humanidades pensando que me interesaban, y gracias a ti salí sabiendo que las amaba. Muchas gracias por todo. No hay palabras suficientes para expresarlo. Te queremos, Nuria. Tu quoque fuisti mater nostra!

    ResponderEliminar